martes, 28 de febrero de 2012

LA VIDA ES SUEÑO

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Cayó exhausta en la cama, y al hacerlo se sintió pesada como si estuviera impreganada de cemento y la gravedad fuera mucho más fuerte que ella.  Un último instante de consciencia surcó su cerebro para alejarse al momento hacia el lugar donde lo que llamamos real espera inmóvil a que decidamos volver.
Se abandonó al sueño con la misma facilidad con que se apaga una vela que se adentra en un tornado.  Y en el sueño se vio dormida sobre un mar estrecho cubierto de hojas perennes, navegando lentamente, mientras era mecida por la leve corriente.  Tenía los ojos cerrados pero era capaz de ver los asombrosos parajes de quietud y soledad que pululaban en torno a ella.  Escuchaba serena los cantos de animales que no conocía, como una sinfonía armoniosa de sonidos naturales hermosísimos.  Sentía una suave brisa de perfumes coloreados con sonrisas infantiles acariciando sus mejillas mientras le llegaban susurros de vidas por venir, y el arrullo del agua transparente la transportaba hasta lo más recóndito de su bondad.
Totalmente relajada intentó incorporarse en su improvisada balsa, moviéndose a cámara lenta, llena de una felicidad infinita.
Y cuando ya sólo esperaba la eternidad abrió los ojos... el maldito despertador había vuelto a sonar a las 6 de la mañana.

 

Juan Carlos Pascual

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