viernes, 10 de agosto de 2012

AGUA

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Ella explotó.
La gota colmó el vaso hace ya mucho tiempo. Ahora se sentía inundada, ahogada por la rutina y por lo desesperante del peso que tenían las riendas de su vida. El desamor había ido calando hondo a cada segundo, y la tristeza se había convertido ya en su mejor amiga.
No había razón por la que sacar la cabeza a la superficie.
Pero explotó, y como lo hace una raza de supervivientes esa explosión la hizo renacer. Para el ahogo se inventó branquias que repartió por todo su cuerpo. Ahora podía respirar profundamente como no lo había hecho en siglos. A la rutina la encerró en un baúl bajo llave, la cual lanzó en medio del océano. El desamor lo empezó a combatir cuidándose, mimándose y sintiéndose bonita por fuera y por dentro. Y a la tristeza no tuvo más que pintarle una sonrisa en el espejo de sus emociones.
A partir de ahí, el mundo se ofreció a ella.

Dedico esta entrada a Mónica, autora de esta magnífica fotografía que me inspiró para escribir esas palabras, y que tan amablemente se ha prestado a ilustrar el texto aquí en el blog :)

 

Juan Carlos Pascual

1 comentario:

  1. La supervivencia, de la naturaleza que sea, en gran parte es cuestión de actitud.

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